Abusos en el campo: fraude al contratar, convenios incumplidos y alojamientos infrahumanos
Las condiciones de los temporeros de la fruta, la mayoría inmigrantes, han mejorado sobre el papel, pero continúan sufriendo infracciones graves por parte de algunos agricultores
Este verano, en un pueblo de la provincia de Lleida llamado Massalcoreig, cuentan que un agricultor pagó como tocaba a sus temporeros el primer mes: según convenio y también las horas extra. Pero el segundo mes dejó de pagar. Los trabajadores se concentraron frente a su casa para protestar y reclamarle las deudas, y hasta vinieron los Mossos d’Esquadra ante tal revuelo. Pero al agricultor, conocido en la comarca como un mal pagador, le bastó solo con encerrarse unas horas. Tener tiempo también es un indicador de riqueza, y los temporeros, la mayoría inmigrantes y con gran necesidad de trabajar para sobrevivir y seguir mandando dinero a sus países de origen, no lo tenían para continuar con las protestas. Resignados, optaron por olvidarlo e ir a buscar otro trabajo.
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