Así es el imperio de los hermanos Roca en Girona: “Un local nuestro es una franquicia menos en la ciudad”
Los fundadores de El Celler de Can Roca han creado una auténtica galaxia empresarial gastronómico-hostelera en su ciudad. Una oferta para todos los bolsillos que concita lo mismo la excelencia y el prestigio internacional que el consenso y el cariño de sus paisanos
A media mañana, en la terraza de Can Roca está sentado Antonio Tirado, de 85 años, vecino de toda la vida del pueblo —así llaman los más mayores al barrio de Taialà, a las afueras de la ciudad—, donde se criaron Joan (60 años), Josep (58 años) y Jordi Roca (46 años). Va todos los días a echar el rato delante de una infusión, y a ver quién entra y sale del animado local, donde come todo el personal de El Celler de Can Roca, además de clientes que llegan de todos los lugares del mundo, en busca de los famosos canelones o de los calamares de la matriarca, Montserrat Fontané. Ahí es donde comienza esta historia. “Los tres hermanos le han dado mucha vida al barrio. Ellos son muy de aquí y muy buenas personas”, señala Tirado. En la barra hay más fieles. La atiende Narciso Marina, 51 años trabajando con la familia, orgulloso de su impecable hoja laboral. “Abro el bar a las seis y cuarto de la mañana, pero estoy aquí desde las cinco y media, y nunca he cogido una baja”. Tampoco quiere jubilarse, apunta Joan.
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