Cómo desespinar la ‘pax trumpiana’ en Ucrania
Europa debe dar un paso al frente para evitar un colapso de Kiev, respaldarla en la búsqueda de una paz que no sea una rendición y comprometerse para garantizarla si se logra
Donald Trump ha afirmado repetidamente que será capaz de resolver la guerra de Ucrania en 24 horas una vez regresado a la Casa Blanca. Quedan un par de meses para certificar si tenía razón o si era una bravuconada más. El camino hacia la paz en Ucrania es de una enorme complejidad y, a la vista de sus manifestaciones públicas, cabe sospechar que Trump no ha ponderado con detenimiento un plan. Pero lo que se sabe es suficiente como para temer que, con toda probabilidad, su impacto será dramático para los intereses de Ucrania —y de Europa—. Sabemos que no le apetece gastar recursos para sostener la defensa de Kiev ante los agresores y que cree que Ucrania debe hacer consistentes concesiones. A la vista de la opinión que le merece la OTAN, tampoco cabe esperar que empuje para que lo que quede de Ucrania tras sus decisiones negociadoras pueda entrar en la Alianza.
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