El 68 de la Gran Vía, aquí acabaron con los pisos turísticos
El famoso edificio conocido como el Ave Fénix fue adquirido por un fondo, remodelado y vendido en 2019 como promoción de viviendas de lujo. Los propietarios se organizaron para impedir la invasión de pisos turísticos. Para entrar en casa hay que utilizar la huella dactilar
La azotea de este histórico edificio en el 68 de la calle Gran Vía, el conocido como Ave Fénix, se convirtió entre 2019 y 2021 en la terraza menos exclusiva y más barata de la capital. En el bloque se llegaron a concentrar hasta 12 viviendas de uso turístico ilegal. No había seguridad, ni orden, ni autoridad. “Era la anarquía”, define Jaime Suárez, de 53 años, abogado especializado en Derecho Mercantil y Administrativo. Los turistas, según él, llegaban a hacer copias de las llaves de acceso y a las semanas de haber terminado su breve estancia, regresaban para montar una fiesta en las alturas o tener una cita romántica al atardecer, con los tejados de Madrid como telón de fondo, ante la estupefacción y el temor de los residentes. “Esto era inhabitable. La jungla. Justo lo contrario a lo que esperas que sea tu casa”, cuenta Jaime, quien se vino desde su casa de la sierra de Madrid con su mujer y sus dos hijos cuando estos empezaron a estudiar en las universidades del centro. Dos años ha costado acabar con la jungla. Y no se ha reparado en remedios: en el 68 de la Gran Vía los vecinos entran en su vivienda con la huella dactilar.
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