El sistema universitario catalán se blinda para que la educación superior no reparta dividendos
Cataluña dispone de un modelo académico muy admirado y sin campus privados con lucro, mientras que España se convierte rápidamente en pasto de negocio
Cataluña no quiere que sus universidades estén en manos de empresas que reparten beneficios. “En principio, no damos entrada a los fondos de inversión. Si hay una propuesta, les decimos que vamos a ser extremadamente rigurosos”, reconoce sin tapujos su directora general de Universidades, Victoria Girona. Recuerda la visita de un asesor de los fondos: “Le dije: ‘Mire, aquí no les vamos a aceptar’, le expliqué toda la política que llevamos. Y él añadió: ‘Cataluña es difícil’. Y le contesté: ‘Sí, porque mantenemos mucho la calidad nuestro sistema”. El 17,4% de sus alumnos presenciales de grado están en un centro privado y un 16,4% de los de máster. A ellos se suman los 74.000 que estudian a distancia desde cualquier lugar en la Universitat Oberta de Catalunya, con precios públicos y gestión privada.
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