El vitalismo de Miró y Matisse estalla en la Fundación Miró de Barcelona en una exposición que destaca los estímulos recíprocos de ambos artistas
La muestra propicia un diálogo inédito entre el creador catalán y el francés a través de una extraordinaria selección de obras
Se llega al final del recorrido de MiróMatisse, más allá de las imágenes, con una sobredosis de energía, color y belleza, un chute de renovados vigor y optimismo. Y entonces, en la última sala, estalla el azul: Pintura (el guante blanco), de Joan Miró, y Vista de Notre-Dame, de Henri Matisse, mano a mano, una al lado de la otra, sus tonalidades maravillosas conversando sobre la pared blanca de la Fundación Miró de Barcelona. “Dos azules tan diferentes que dialogan tan bien, dos formas de entender el arte en comunicación entre ellas”, exclama el director del centro, Marko Daniel, entusiasmado. “Vemos el mundo de forma diferente gracias a la forma en que lo vieron y representaron Miró y Matisse; los pintores contemporáneos aún beben de la inmensa fuente de innovación que son estos dos artistas”.
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