La carestía de la vivienda ya expulsa población en Madrid y Barcelona
La migración exterior tapa la fuga neta de españoles hacia localidades vecinas y regiones limítrofes
La intuición de que el encarecimiento de la vivienda, sea en propiedad o en alquiler, termina por expulsar a muchos ciudadanos de las grandes urbes ya tiene datos que lo demuestran. La dificultad está en que el aluvión de inmigrantes para cubrir la demanda de empleo hace que queden soterrados otros movimientos de la población. La ciudad de Madrid comenzó este año con 3.460.491 habitantes, que es más del doble de los 1.702.814 de Barcelona. Ambas metrópolis crecen, un 3,6% y un 2,6%, respectivamente, pero ese crecimiento de la población se debe única y exclusivamente a la llegada de extranjeros.
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