La empresa española de publicidad que huye de las ‘cookies’
Seedtag, creada por dos extrabajadores de Google, analiza qué consumen los usuarios en internet de forma anónima para adecuar los anuncios al contexto. En 2022, uno de los fondos más grandes del mundo invirtió 250 millones en la compañía
La estrategia no es nueva. Imágenes de perfumes o cremas, muestra incluida, en una revista de moda, publicidad de una marca de zapatillas en las páginas de tu diario deportivo de referencia o el último gadget anunciado en el suplemento tecnológico de un periódico. Cada producto se anuncia en un contexto que no le es extraño, donde pega y donde es probable que llegue antes a su público objetivo. Esta es la versión analógica de lo que se conoce como publicidad contextual, aquella que cambia en función de lo que los usuarios están consumiendo en cada momento. Si leo un artículo en un blog de botánica, saldrán, por ejemplo, anuncios sobre fertilizantes o materiales para cuidar el jardín. Si es de viajes, tal vez ofertas de vuelos y hoteles. Y si cambio de página web, lo anunciado cambiará también.
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