La fiesta torcida de Rafa Nadal
El mallorquín cede ante Van de Zandschulp en la apertura frente a Países Bajos y, pese al punto logrado por Alcaraz, el murciano y Granollers caen en el dobles, de modo que se confirma la despedida definitiva del legendario tenista a los 38 años
Decía Rafael Nadal que no cree en los finales ideales, que eso es propio de las películas americanas, que las cosas son como son y que desde hace tiempo es un descreído en ese sentido porque el tenis, remarcaba hace un par de días, es otra historia. Cruda, no pocas veces. A la mayoría termina llevándoselos por delante. Su cuerpo castigado ya no le sigue, no para competir en la élite, y pese a rebelarse con todo y contra todo en este último año y medio de curvas y más curvas, de sinsabores, llega el final. Sucede en Málaga, en el marco de la Copa Davis. Se ha superado la medianoche y, una vez certificada la eliminación del equipo español, 1-2 favorable a Países Bajos tras atar el punto definitivo en el turno de dobles, el tenista se expresa desde el centro de la pista del Martín Carpena: “Entre todos me habéis empujado siempre a seguir peleando. Pero hay que aceptar la situación. Me siento un superprivilegiado. Solo puedo dar gracias a la vida. Hice de mi hobbie mi profesión”.
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