La ‘granja’ donde se cuidan los relojes de lujo centenarios
Una segunda vida para piezas clásicas es el objetivo que buscan alcanzar los artesanos de La Granja, el taller de oficios artísticos que la marca suiza Blackpain tiene en Le Brassus, en el valle de Joux. Allí se restauran viejas joyas que llevan décadas perdidas o guardadas como tesoros familiares
Una esfera oxidada descansa sobre una superficie de madera iluminada. Varias personas con pinta de saber lo que están haciendo la examinan, le dan la vuelta con unas pinzas finas, someten el objeto envejecido al escrutinio de una lupa, toman medidas y examinan materiales. El enfermo en el quirófano podría ser un ejemplar del mítico reloj Fifty Fathoms creado en 1953. Lo ha encontrado en el garaje de su casa, oxidado y sin funcionar, una persona que cree que su abuelo pudo haber invertido en el reloj más codiciado de su época, el primero creado para buceadores profesionales, tan hermético y fiable que su versión MIL-SPEC 2 se convirtió en el reloj oficial del cuerpo de marines estadounidenses. El cliente en cuestión quiere saber si se trata de un ejemplar auténtico, y si es así intentar restaurarlo. Al menos diez personas trabajan para dar el veredicto final.
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