La Junta de Andalucía retira a funcionarias con hijos enfermos la jornada reducida que les reconoce la legislación
Las trabajadoras han sido obligadas a volver a sus puestos a tiempo completo pese a que sus vástagos siguen precisando los mismos cuidados
V. C. lleva batallando 21 años, justo los que tiene su hijo, que padece epidermólisis bullosa, más conocida como piel de mariposa. La imposibilidad de darle el pecho o el sumo cuidado con los pañales nada más nacer; los problemas para su escolarización cuando fue creciendo; las consultas en el centro de salud cada vez que se le prescribe material nuevo… Ahora la lucha es contra el Servicio Andaluz de Salud (SAS), que hace casi un año le denegó la prestación que hasta entonces recibía para el cuidado de menores afectados por cáncer u otra enfermedad grave (denominada “cume”), eliminando la reducción de jornada retribuida que tenía reconocida al 99,9%, y obligándola a trabajar a tiempo completo.
Un doble duelo
V. C. ha procurado que su hijo tenga una vida plena y que pueda integrarse con el resto de jóvenes de su edad. Cuando se encuentra bien acude a la Universidad, donde cuenta con una estudiante voluntaria de apoyo que le toma los apuntes, le abre el portátil… Mientras está en clase, su madre lo espera en la cafetería de la facultad o dentro del coche, que es un botiquín de campaña para atenderle de inmediato si le pasa algo. Ella tampoco esconde el trance mental que supone no solo vivir en la angustia por la extrema delicadeza del estado de salud de su hijo, sino tener la sensación de que tampoco está atendiendo como se merece a los otros dos que tiene.
Alés llama la atención sobre otro de los dramas que acucia a las madres cuidadoras. “Es un doble duelo. Por un lado, tener que aceptar que tienes que estar con tu hijo porque lo esencial es priorizar tu salud, y por el otro, rechazar un trabajo que es el que te forja y te construye como persona”, reflexiona.
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