La paradoja del Lamborghini
Las contradicciones espacio-temporales que se producen en España a causa de los contrastes entre el famoso transporte público y el vehículo privado harían temblar un ojillo al mismísimo Albert Einstein
Es evidente que la campaña para incentivar el uso de transporte público que ha lanzado el ministerio que pilota Oscar Puentes nace del deseo personal y muy legítimo de crear una guerra cultural contra ciertos macarras (esos que piensan que un ciudadano un coche es un principio más democrático que un ciudadano un voto y que se mueven en deportivos de 10 millones desde la ciudad deportiva merengue hasta La Finca) que en realidad solo existen en Madrid, ciudad que es la capital de Reino pero, conviene recordarlo, no el centro del universo.
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