Las aldeas asturianas más pintorescas de los Picos de Europa
Hay pueblos famosos, como Cabrales; otros que son meca de montañeros, como Bulnes y Sotres; enclaves imprescindibles para peregrinos, como Covadonga; o simplemente lugares para disfrutar de panorámicas increíbles y tesoros prehistóricos, como Asiegu
Dicen que los Picos de Europa se llaman así porque los navegantes y pescadores, cuando regresaban a los puertos de Cantabria y Asturias después de meses por el Atlántico, divisaban a lo lejos estas cumbres nevadas y sentían que habían llegado a tierra firme, a Europa. Sea como sea, esta cordillera sigue teniendo una silueta casi mágica y en sus pliegues se esconden algunos de los paisajes más singulares y bellos del norte peninsular. Una combinación perfecta de las calizas blanquecinas con la vegetación verde brillante y los propios picos que le dan un aire casi fantástico. Además, en esos pliegues se refugian también pueblos y aldeas inaccesibles hasta hace muy poco, que conservan, en muchos casos y pese al auge del turismo, una cultura ancestral: sobreviven aquí el pastoreo o la elaboración de quesos y sus habitantes se adaptan con increíble destreza a una orografía compleja, a carreteras casi inexistentes y a condiciones meteorológicas adversas buena parte del año.
Para más información en la guía Lo mejor de Asturias y en la web lonelyplanet.es.
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