Las maravillas de la desinformación
Los bulos se viralizan, pero a menudo los magnifican los grandes medios por prisas, negligencia o interés. El poder produce las trolas más eficaces
Buena parte de los textos sobre la desinformación son performativos: no solo describen la desinformación, sino que la llevan a cabo, habitualmente entre alertas y lamentos. Señalan, por ejemplo, que la gente no piensa como nosotros porque está mal informada y recurre a explicaciones simplistas. Un ejemplo de performatividad es el informe falso que atribuía los altercados de Paiporta a una trama de la ultraderecha. El presidente del Gobierno y el ministro del Interior reiteraron las mentiras. El uso espurio de un problema real como la desinformación es contraproducente; lo comprobaremos.
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