Las tareas por hacer de Kamala Harris
Frente a Trump, que se ha servido del insulto como su mejor arma para polarizar, la candidata demócrata promete ocuparse de los problemas de su país
Lo de Donald Trump durante la campaña produce desazón, se ha servido de los insultos y las descalificaciones como si fuera un niño gamberro e indomable que se enfrenta a unos maestros pacatos y ñoños para decirles que basta ya de tanto sermón y tanta moralina. Con unas cuantas barbaridades y una actitud prepotente y agresiva no solo ha afianzado el fervor de su cohorte de fieles seguidores sino que, por lo que se ve —y se pudo ver ya en anteriores elecciones—, consigue seducir a sectores que podrían estar más inclinados —por sus previsibles intereses— a votar a los demócratas: mujeres, hispanos, afroamericanos.
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