Los mejores expedientes quieren estudiar Medicina, pero preocupa que su motivación no sea la vocación sino el prestigio
Las administraciones cuestionan si tras el furor por cursar el grado hay “expectativas económicas” y un interés menos relacionado con el servicio público
La pandemia ha desatado en España una auténtica fiebre de estudiar Medicina. Las aulas se llenan de alumnos brillantísimos ―con al menos un 12,4 sobre 14 de nota de corte en el ingreso―, pero en ocasiones se matriculan no llevados por la vocación, sino por influencia del entorno. Es un problema incipiente que inquieta a las universidades y las administraciones. En los 35 campus que ofertaron el grado en 2023 hubo 70.000 preinscripciones en Medicina ―no corresponden a número de aspirantes, muchos se preinscriben en distintas autonomías― para 6.653 plazas, frente a 43.000 solicitudes de 2014. Es decir, hubo 10,7 aspirantes por cada silla. Además, 14 privadas ofertaron otras 2.200 plazas.
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