Nadal, una mente maravillosa forjada bajo un método no tan simple
La elevada exigencia de su tío Toni esculpió desde la infancia a un competidor que supo evolucionar y adaptarse, pulido en el tramo final por su ídolo Carlos Moyà
El método Nadal ha sido inspirador para escuelas y universidades, aplicado también en sesiones de formación de empresas e investigado por aquellos que intuían detrás de todo una fórmula sofisticada y compleja, delicados equilibrios, teorías enrevesadas. Nada más lejos de la realidad. Suele simplificar su tío Toni, mentor del campeón y origen de la epopeya: “El secreto es que no hay secreto; el tenis consiste, básicamente, en pasar una bola más que el rival”. Y de ese modo, partiendo de esa premisa tan aparentemente simple —que de eso nada—, su sobrino fue interiorizando un ideario tan pragmático como exigente que ha ejecutado a rajatabla hasta la recta final. “A nosotros nos funcionó, pero eso no significa que sea válido para los demás”, precisa el preparador, que percibió en ese niño dócil e “hiperactivo” una capacidad fuera de lo normal para hacer frente a la hostilidad, sobreponerse a las adversidades y aceptar el mensaje: a mayor sufrimiento, mayor gloria.
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