No, no estamos cerca del objetivo de la descarbonización mundial absoluta
Uno de los mayores expertos mundiales en transición energética, el científico canadiense Vaclav Smil, escribe en un nuevo ensayo por qué para 2050 estaremos muy lejos de reducir a cero nuestras emisiones
Desde que el mundo empezó a centrarse en la necesidad de poner fin a la quema de combustibles fósiles no hemos avanzado lo más mínimo en el objetivo de la descarbonización mundial absoluta. Dicho de otra forma: el descenso en las emisiones producidas en muchos países prósperos fue muy inferior al aumento del consumo de carbón e hidrocarburos en el resto del mundo, una tendencia que también ha sido un reflejo de la continua desindustrialización de Europa y Estados Unidos y el aumento de la proporción de producción industrial intensiva en carbono originada en Asia. Como resultado, en 2023 aumentó la dependencia absoluta del carbono de origen fósil, desde la firma del Protocolo de Kioto, un 54% en todo el planeta. Además, una parte significativa del descenso de las emisiones en muchos países ricos se ha debido a su desindustrialización, a la deslocalización de algunas de sus industrias intensivas en carbono, especialmente a China.
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