“Te he enviado un desnudo, ahora te toca a ti”. Radiografía de la extorsión y venganza con imágenes sexuales
El peligroso juego del intercambio de contenidos íntimos que escapa del control y arruina vidas
Todo comenzó como un juego. “Ya te he enviado una foto mía desnudo. Ahora te toca a ti”. Marcos (nombre ficticio para preservar el anonimato de la víctima) recibió este mensaje tras el comienzo de una relación a distancia con un chico a través de una aplicación de citas. El intercambio de imágenes sexuales es común y está presente en las relaciones humanas desde siempre. Según los descendientes del estadista estadounidense Daniel Webster (1782-1852), la miniatura Beauty revealed (Belleza revelada), expuesta en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York con esta misma explicación, es un autorretrato de sus pechos desnudos que le envió la pintora Sarah Goodridge en 1828. Un 24% de la población recurre a este intercambio, según un estudio de Censuswide en mayo para Kaspersky con 9.033 encuestados de 12 países, incluida España. Pero esta práctica, que forma parte del ritual de seducción, especialmente entre los más jóvenes (42% en los grupos de edad de 16 a 24 años), convierte internet en una selva. Las denuncias en España por divulgación de imágenes sin consentimiento han pasado de 1.691 en 2018 a 4.460 el pasado año, según datos del Ministerio del Interior. Y son solo los casos que se denuncian. La mayor parte sufre este infierno en la intimidad durante años.
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