Un comisario europeo para la Vivienda, ¿oportunidad para solucionar la crisis?
Aunque se trata de una competencia nacional, la UE puede marcar directrices y dotar de planes de inversión un elemento fundamental en la vida de los ciudadanos y la principal fuente de insatisfacción de la clase media europea
La vivienda es la principal fuente de insatisfacción en Europa. Durante la última década, los alquileres se dispararon un 19% y los precios de las viviendas aumentaron un 47% en la Unión Europea, superando el crecimiento de los salarios, lo que ha generado un descontento generalizado y ha alimentado el auge de movimientos de extrema derecha. Más de 82 millones de europeos gastan más del 40% de sus ingresos en vivienda, y cerca de cuatro millones de personas están en situación de sinhogarismo o viven en condiciones inadecuadas. Además, el sistema de vivienda es ecológicamente insostenible. Alrededor del 75% del parque de edificios de la UE tiene un bajo rendimiento energético, lo que contribuye al 40% de las emisiones globales de CO₂.
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