Adiós a la damisela en apuros: La princesa Zelda, al rescate del guerrero
‘Echoes of Wisdom’ sublima la ‘cara B’ de los juegos de la saga con una propuesta tan imaginativa como certera en la que por fin controlamos a la princesa que da nombre a la saga
Decir que la saga de The Legend of Zelda es una de las que mejor salud tiene dentro de los videojuegos es algo que va de suyo. Pero también es de justicia señalar que es una de las que mejores frutos ha dado en los últimos años y que sus juegos han sido los más influyentes de la última década: si Dark Souls monopolizó el imaginario colectivo de 2011 a 2021, podemos decir que Breath of the Wild y Tears of the Kingdom hacen (y harán) lo propio en el período 2017-2027. Y, bueno, eso sin contar que el Tears es quizá el mejor videojuego jamás creado; mecánicamente revolucionario, profundo a diferentes niveles y (y esto no es algo menor) accesible para un público masivo. The legend of Zelda no es solo una colección de grandes juegos, sino también un perfecto embajador de los videojuegos por el mundo y un catálogo de lo que el medio pude ofrecer en cuestiones de interactividad.
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