Al Pacino, memorias de un superviviente que escapó del Bronx gracias a su madre y triunfó como actor
En su libro, ‘Sonny Boy’, el protagonista de la saga ‘El padrino’ desmenuza una carrera pletórica en cine y teatro, y viaja emocionado y dolido a su juventud en su barrio neoyorquino
Alfredo James Pacino tenía que haber muerto a finales de los años cincuenta o a inicios de los setenta en algún callejón o en un apartamento del barrio neoyorquino del South Bronx. Como le ocurrió a sus tres mejores amigos: Cliffy, Bruce y Petey. Él mismo pasó hambre, durmió tirado en la calle o en sofás de conocidos en numerosas ocasiones, le pilló la policía tras algunas de las gamberradas cometidas por aquella pandilla de adolescentes (“Si queríamos comida, la robábamos. Nunca pagábamos nada. Hacer travesuras y huir de las figuras de autoridad era nuestro pasatiempo”), saltó de una azotea a otra de los bloques de la avenida Bryant. Bebió (mucho) y se drogó (menos). Como todos ellos.
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