Aventuras en Marrakech: magos, serpientes y el fuerte de ‘Beau Geste’
Experiencias insólitas en la ciudad marroquí durante las Conversaciones Literarias de Formentor dedicadas a ‘Genios, nómadas y beduinos’
No podía creer lo que veía: se alzaba ante mi mirada, con sus torres, su puerta al desierto, su parapeto y sus almenas, el mismísimo fuerte Zinderneuf, el legendario lugar donde se desarrollan los acontecimientos culminantes de Beau Geste, la gran novela de aventuras de P. C. Wren sobre la Legión Extranjera francesa, la unidad militar más romantizada de la historia, en la que se alistaron escritores como Ernst Jünger, Jean Genet, Blaise Cendrars y Arthur Koestler, sin olvidar a Cole Porter, que debía silbar el himno, Le boudin, como nadie. ¿Era una alucinación producida por el calor, el sol, el cafard, algo que había comido o las largas horas de sesiones de las Conversaciones Literarias de Formentor, especialmente el intenso coloquio sobre suplementos culturales? Me froté los ojos confiando en librarme del espejismo, pero allí seguía, tozudo, el fuerte. La cosa era más asombrosa todavía porque yo estaba ahí, en el Hotel Barceló Palmeraie de Marrakech, sede de las conversaciones este año, para hablar, precisamente de Beau Geste (1924), con motivo del centenario de la publicación del libro y en el marco de las charlas del encuentro dedicadas genéricamente a Genios, nómadas y beduinos (mi aportación era en el apartado “errantes”, que sin duda es un buen espacio conceptual para hablar de la Légion Étrangère, la unidad revientabotas del “marche ou crève”, “marchar o morir”).
¿Cuál es tu reacción?