Bienvenidos a la era de la niebla mental
Una nube tóxica nos envuelve, confundiéndonos. Es nuestro propio sistema cultural e informativo, envenenándose a la vez que el medio ambiente
El síntoma era bien conocido entre las comunidades de enfermos crónicos, pero fue a partir de la epidemia de covid cuando se extendió, y junto a él, el término que le daba forma: niebla mental. Se llama así a la incapacidad de pensar con claridad, a levantarse como si nos faltaran diez cafés o tres noches de sueño, a no encontrar el nombre de las cosas, a pelearse contra la cortina interpuesta entre nuestro cerebro y una irrealidad que ya no podemos atravesar con la facilidad de antes. “Siento como un envenenamiento general, informativo, emocional”, me decía justo antes de las elecciones de EE UU una amiga periodista que vive en ese país, y yo también noto que una niebla mental tóxica nos envuelve, confundiéndonos. Esa niebla es, creo, nuestro propio sistema cultural e informativo, envenenándose a la vez que el medio ambiente. Respiramos ambos, y aquí las metáforas se unen en estratos perfectos y, por tanto, sospechosos.
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