Borja Iglesias, el delantero comprometido: “No me preocupa lo que la gente que difunde odio piense de mí”
El deportista compostelano se ha convertido en un referente por romper el estereotipo de lo que debe hacer un futbolista y plantarse en contra de la homofobia, el racismo o la extrema derecha
El pasado 23 de septiembre, un día después del partido entre el Celta de Vigo y el Athletic de Bilbao en San Mamés —que terminó con victoria local—, surgió un hilo en X: un aficionado del Athletic agradece a Borja Iglesias, delantero del equipo rival, el cariño que le dedicó a su hijo de seis años después del encuentro. El jugador le regaló su camiseta, le abrazó y le dio un beso. “En esta vorágine que es el fútbol moderno, que casi ha dejado de ser deporte para ser solo negocio, eres un ejemplo del que muchos deberían aprender”, escribe el usuario en uno de los varios mensajes que postea. Es más que raro que un aficionado le dedique este tipo de mensajes a un jugador del equipo rival. Y sería relativamente frecuente que, en las distancias cortas, tanta bonhomía fuera puro postureo. Pero resulta que Borja Iglesias (Santiago de Compostela, 31 años) es tan amable como parece.
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