Cuándo es buena idea (y cuándo no) que un niño duerma con su mascota
¿Es positivo dejar que un menor comparta la cama con su perro o gato? Sí, pero en un contexto que garantice la seguridad y el bienestar de ambas partes, teniendo en cuenta factores como la disponibilidad del adulto para supervisar, el estado de salud del pequeño y su animal o la relación entre los dos
Los niños que por la noche comparten la cama con sus mascotas se sienten más protegidos y concilian mejor el sueño. Sin embargo, si van a dormir juntos, deben hacerlo bajo determinadas premisas que garanticen la seguridad y el bienestar tanto del menor como del animal. Partiendo de la base de que el perro o el gato no son peluches, sino seres vivos con unas necesidades específicas, el colecho del niño con su mascota puede resultar positivo, porque se refuerza el vínculo entre ambos durante un momento tan íntimo como son las horas del sueño nocturno, en las que los pequeños se pueden sentir más vulnerables o desprotegidos. “Los animales pueden ser una fuente de seguridad y apoyo emocional para algunos niños y el hecho de dormir acompañados de ellos puede proporcionarles mayor seguridad a la hora de conciliar el sueño y generales un estado de mayor calma”, asegura la educadora social con máster en Etología Miriam Pérez.
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