Cuatro escándalos de espionaje destapan el acceso a datos confidenciales de políticos, empresarios y famosos en Italia

Italia es un país de misterios, pero no tanto de secretos. Ahora mismo, la sensación es que es un gran colador de datos personales. Cuatro escándalos consecutivos han sacudido al país en los últimos meses, todos con un elemento común: el acceso ilegal masivo a bases de datos confidenciales de políticos, empresarios y celebridades, desde el aparente pirata solitario a auténticas organizaciones dedicadas a buscar trapos sucios de cualquiera. La prensa y los medios se llenan periódicamente de fotos de ministros y famosos que han sido espiados, junto a otros que han encargado espiarles. “Es un sistema de chantaje y extorsión, pero en el peor de los casos estamos ante un delito de subversión”, ha dicho la primera ministra, Giorgia Meloni, sobre el último escándalo, el más grave, aunque ya se lamentó hace unas semanas de que cada día sale “el dosier nuestro de cada día”. Se siente objetivo de conspiraciones para derribarla, aunque en realidad solo es una más de las espiadas, entre políticos de todo signo.

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