El veto de Israel a la agencia de la ONU empuja a los palestinos al abismo en lo peor de la guerra
La prohibición de la UNRWA levanta críticas y presiones internacionales y deja la incógnita de quién asistirá a cientos de miles de gazatíes golpeados por la crisis humanitaria
La vida en campamentos de refugiados palestinos como el de Shuafat, en Jerusalén Este, parece cogida con alfileres. Impera un aura de provisionalidad y desorden pese a que las tiendas de campaña quedaron atrás hace muchos años, abriendo paso al ladrillo y a calles a medio asfaltar. “No es fácil vivir aquí”, afirma este martes con una sonrisa Malak, de 15 años. Sortea junto a varias compañeras, todas de uniforme, el sistema de muros de hormigón, pasillos de verjas y tornos metálicos que rodean el campo por el que regresan del colegio. Ese grupo de chicas risueñas parece salido de las páginas del reportaje en forma de libro con el que Nathan Thrall ha ganado el premio Pulitzer en 2024, Un día en la vida de Abed Salama, un retrato de la tragedia cotidiana bajo la que viven los palestinos de Jerusalén.
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