De la criptomnesia, el plagio que dicen inconsciente, no se libra ni Taylor Swift
El documental ‘Taylor Swift: Original o plagio’ repasa el conflicto por la autoría del estribillo de ‘Shake It Off’, exitazo de la gran diva del pop. No llega a un veredicto rotundo, como no llegó la justicia, pero aporta reflexiones sobre las fronteras de la apropiación cultural
Solo se usan 12 notas musicales, y la mayor parte de la música popular se basa en estructuras similares de compases y acordes. Así que las acusaciones de plagio son algo muy corriente en este mundillo. Le pasó a George Harrison, que tuvo que ceder dos tercios de los derechos de su primer gran éxito en solitario, My Sweet Lord, porque se parecía demasiado a He’s so Fine, de la banda de chicas The Chiffons. El beatle tuvo que admitir que conocía esa canción, porque había sonado mucho en las radios, pero estaba convencido de haber compuesto algo original. Por situaciones parecidas, no siempre bien resueltas, han pasado Led Zeppelin, The Beach Boys, Bob Dylan, Michael Jackson, Lana del Rey, Oasis o Coldplay, entre muchos otros. Se imitan las melodías y también las letras: a Enrique Bumbury le señalaron 37 canciones digamos que inspiradas en textos de otros autores, en su mayoría poetas.
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