Deambular entre dos mundos: el arte mágico y místico de Mercedes Azpilicueta
En su nueva exposición en Córdoba, la artista argentina convierte el museo en un lugar permeable donde las obras transitan entre lo tangible y lo espiritual
Hay ideas preconcebidas que a menudo hay que descalzarse en la entrada del museo. Por ejemplo: que una exposición tiene que ser finita, medible y palpable. Ocurre muchas veces lo contrario, que lo que vemos, oímos y sentimos puede trascender las fronteras materiales y fluir como el aceite, con esa misma resistencia suave y líquida, abarcando un terreno imprevisible y permeable por los interiores del museo. Toparnos con ese terreno oleoso no puede más que celebrarse. Ese espacio imaginario es de los pocos capaces de transformar nuestro entorno y devolvernos, de golpe, infinitas posibilidades a la hora de imaginar el mundo. O lo que es lo mismo: una huida hacia adelante.
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