Dogecoin, Shiba Inu, Pepe: ¿pueden las ‘memecoins’ dejar de ser una broma?
Algunas empresas aceptan transacciones con estos activos por sus bajos costes y por su velocidad, pero los expertos apuntan a que se han convertido en una estrategia de marketing y descartan un uso masivo: “Es una suerte de neo lotería”
Hace un mes, Moo Deng, la cría de un hipopótamo pigmeo nacida en Tailandia el pasado julio, empezó a volverse viral. Este ejemplar, que habita en el zoológico de Khao Kheow, ya tiene su cuenta de TikTok con miles de seguidores. El furor por este animal llegó a tanto que ya tiene su propia criptomoneda: la Moo Deng Coin. Esta es solo una de las últimas memecoins, eso es, activos digitales sin una base tecnológica que los sustente, que se disparan al calor de las redes sociales, siguiendo las tendencias de los usuarios y su sentimiento. Mireya Fernández, responsable de Bitpanda para el sur de Europa y CEE, explica en pocas palabras su funcionamiento: “Utilizan la fuerza de la especulación y el comportamiento coordinado de la comunidad online para desafiar el sistema financiero tradicional y generar riqueza para esa comunidad”, señala.
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