El ADN reescribe la historia de Pompeya: la mujer del brazalete era un hombre y su hijo no era su hijo
El material genético desvela el sexo y parentesco de algunas de las víctimas más emblemáticas de la erupción del Vesubio, hace casi 2.000 años
Una investigación internacional ha aplicado las últimas tecnologías de análisis genético a los huesos de 14 habitantes de la ciudad de Pompeya que murieron enterrados por toneladas de ceniza durante la erupción del Vesubio, en el año 79 de la era actual. El estallido del volcán dejó toda la ciudad sepultada — y preservada en el tiempo—. A mediados del siglo XVIII, un militar zaragozano llamado Roque Joaquín de Alcubierre comenzó a excavar en la ciudad bajo las órdenes de su rey, Carlos III. Alcubierre era del cuerpo de ingenieros y se inventó su propia forma de hacer arqueología: en lugar de yacimientos a cielo abierto, cavaba inestables galerías subterráneas donde pronto aparecieron estatuas, frescos y objetos de la ciudad de Pompeya, aunque en un primer momento el zapador creyó que era Estabia, un puerto cercano.
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