El Gobierno de Starmer libera a 1.100 presos más para descongestionar las cárceles del Reino Unido
El Ejecutivo prepara una reforma del sistema penal que explorará alternativas a la prisión como el arresto domiciliario o el uso de aplicaciones de control en el móvil
Keir Starmer, el primer ministro británico, heredó unas cárceles a punto de desbordarse por falta de celdas. Era la consecuencia de décadas de obsesión por parte de conservadores y laboristas británicos en ofrecer una imagen de mano dura contra la delincuencia. Los jueces enviaban a prisión con sentencias de apenas seis meses. El Gobierno británico ha liberado este martes a otros 1.100 reclusos, que se suman a los 1.700 que ya soltó en septiembre. Todos ellos, en teoría, llevaban ya encerrados más de cinco años y habían cumplido el 40% de su condena. Y ninguno era responsable de crímenes violentos, agresiones sexuales o terrorismo.
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