El hombre que resucitó en el brutalismo de los años 70
Luis Calero lleva cinco años recorriendo los vestigios de este estilo arquitectónico en la Comunidad de Madrid. Directores de arte, localizadores y decoradores siguen la pista a este jubilado rejuvenecido
El día que le dieron el finiquito en la compañía de seguros donde trabajaba como responsable de negocio internacional, despertó en un tiempo que no era el suyo. Durante quince días le obligaron a ir su oficina en la Castellana sin ningún quehacer, casi a modo de destierro. Luis Calero, de 63 años, daba vueltas por los pasillos, miraba tras las ventanas por las que llevaba 40 años y se sentaba en la confortable silla de su despacho desde donde había ganado más dinero del que imaginaba. La empresa decidió no contar más con sus servicios y prejubilarle sin previo aviso. Calero no sabía en ese momento que más allá del trabajo existía vida posible. Entró en una traumática depresión, empezó a hablarse a sí mismo en voz alta y se puso a andar sin rumbo fijo por los barrios del extrarradio de Madrid, donde buscaba los recodos del último lugar donde se recordaba sin un traje de ejecutivo: los años 70.
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