El mundo del deporte busca el equilibrio entre su negocio multimillonario y la salud de los jugadores
Los deportistas piden reducir el calendario mientras la mayoría de disciplinas lo extienden por una explotación comercial que no para de crecer y de la que ellos, desgastados física y mentalmente, se benefician con mayores sueldos
El domingo 22 de septiembre, cuando todavía quedaba el Betis - Mallorca del lunes para completar la jornada seis de Liga, ya habían caído lesionados 11 jugadores en los otros nueve partidos, una media de más de uno (1,22) por encuentro. Ese mismo fin de semana, Rodri, una pieza fundamental en el centro del campo del Manchester City y la selección española, se rompió el ligamento cruzado y el menisco ante el Arsenal y finiquitó su temporada. Solo cinco días antes, el centrocampista había avisado de que los futbolistas de la Premier estaban cerca de ir a la huelga al considerar que la saturación del calendario pone en peligro su salud. En esas mismas fechas, Carlos Alcaraz, el número tres del mundo del tenis, se quejaba de la carga de torneos y confesaba que a veces le falta motivación y que añora tener más tiempo libre para su vida, mientras que Carlos Ortega, el entrenador del Barça de balonmano, estallaba por la cantidad de pupilos que tiene en la enfermería: “La gente está muy cansada. Todos los equipos que están involucrados en competición europea y que han tenido jugadores en los Juegos están igual”.
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