El pecado original de la política
El nombramiento de Escrivá como gobernador del Banco de España no supone una colonización partidista de las instituciones porque sus méritos técnicos son indiscutibles
La gente a veces tiene opiniones un tanto contradictorias. En el último barómetro de 40dB. sobre democracia publicado en este mismo periódico hay un dato especialmente llamativo. Se observa un apoyo equivalente a dos posiciones que en principio parecen incompatibles. Por un lado, un 63% de los entrevistados está bastante o muy de acuerdo con el siguiente enunciado: “Las decisiones políticas relevantes las deberían tomar los ciudadanos de forma directa, mediante referéndums”. Hay, pues, un apoyo amplio a un autogobierno sin mediación de los representantes. La gente quiere una conexión más estrecha entre las preferencias populares y las políticas públicas. Es una especie de radicalismo democrático.
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