El placer del trabajo ensimismado
No sé si esta inclinación mía se parecerá a la de los abuelos que miran las obras, pero siento un gran placer al asomarme al trabajo concentrado de alguien
Uno de los muchos placeres que regala el documental de Laurent Bouzereau sobre John Williams (La música de John Williams, Disney+) es contemplar al maestro manoseando partituras y lamentándose de que nunca aprendió a trabajar con ordenadores. Dice Williams que sus colegas más jóvenes ahorran mucho tiempo con programas informáticos que transcriben las notas a la partitura desde el piano. Él trabaja como los compositores clásicos, escribiendo una a una las notas sobre el pentagrama con un lápiz afilado. No hay fetichismo en su gesto. Simplemente, dice, no ha tenido tiempo de aprender nuevas técnicas porque siempre está componiendo algo. Lo corrobora su hija, que ha visto a su padre trabajar todos los días de su vida.
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