El PSV baila al Girona
El equipo de Míchel se queda sin argumentos ante el fútbol enérgico y de altos vuelos del rival
En un país dividido entre cruyffistas y vangaalistas, donde la charla alrededor del balón es habitual y la crítica se da sin rubor porque se entiende que es constructiva, el trato a la redonda suele ser exquisito desde que así lo impulsara Rinus Michels con su Naranja Mecánica, tierra pequeña que discute con la lógica por la extensa lista de jugadores universales que ha producido. No le hace ascos este PSV a la historia, conjunto Duracell que juega en combustión, con señas de identidad acentuadas: presión adelantada, marcaje al hombre, diligencia y presteza en las entregas y ataque de vértigo y al abordaje, fútbol con frac. No le dio contra la Juve, le valió para empatar contra el PSG y el Sporting, y lo destapó ante el Girona.
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