El tiempo del fin de semana y un avance de la próxima: del veranillo de San Miguel al cordonazo de San Francisco
El fin de semana será estable y cálido, previo al paso de nuevos frentes atlánticos que regarán buena parte del norte y oeste de la Península con rachas de viento intensas en zonas costeras y de montaña
A España le espera un fin de semana de tiempo estable salvo en Galicia, donde un frente dejará lluvias abundantes el sábado, que el domingo alcanzarán a otras zonas del Cantábrico y al oeste de Castilla y León, según avanza este viernes Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Las temperaturas subirán y serán aún más cálidas, como corresponde al concepto popular del veranillo de San Miguel. La semana que viene, en cambio, será lluviosa en la Península por el paso de sucesivos frentes asociados a borrascas atlánticas, que regarán buena parte del norte y oeste, con rachas de viento intensas en zonas costeras y de montaña. Es lo que se conoce como cordonazo de San Francisco. Estas lluvias no llegarán al Mediterráneo, pero serán abundantes donde siempre, en Galicia. Las temperaturas sufrirán altibajos con el paso de los frentes y serán propias de la época en general, aunque “algo frescas en la mitad occidental y cálidas en el área mediterránea, porque los vientos del oeste y suroeste llegarán ahí recalentados”.
Un año hidrológico húmedo pero muy desigual
Aemet ha hecho balance del año hidrológico 2023-2024, que acabó el 1 de octubre y que ha sido calificado de húmedo, aunque con “una distribución muy desigual de las lluvias”: fueron abundantes en el noroeste y centro de la Península y escasas en el extremo oriental y los archipiélagos. Así, en el noroeste, Cantábrico oriental y Pirineo navarro y aragonés y puntos del sistema Central occidental se superaron los 1.500 litros, mientras que en zonas del oeste de Galicia incluso se recogieron más de 2.500. Frente a esta abundancia, en el extremo sudoriental de la Península no se llegó a 120 litros y en zonas de Almería y Murcia, ni siquiera a los 80. También se produjeron precipitaciones muy escasas en el sur de las islas Canarias de mayor relieve y en Fuerteventura, donde no se alcanzaron los 50.
Esta desigual distribución de las lluvias se debe a que durante todo el año se ha repetido un patrón de "dominancia de las borrascas atlánticas sobre las situaciones de lluvias típicas del Mediterráneo". "Aunque es habitual que llueva más en el noroeste peninsular que en el sureste, esta situación ha sido mucho más acusada que de costumbre", constata la agencia.
En conjunto, se acumularon 671 litros por metro cuadrado de media en la España peninsular, un 5% más que la media del período 1991-2020. “Fue un año más lluvioso que los tres previos”, destaca la agencia, lo que no ha evitado que sigan en sequía meteorológica las provincias del arco mediterráneo y ambos archipiélagos. Las provincias donde la sequía muestra su peor cara son Valencia, Alicante, Murcia y Almería.
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