En la única unidad que trata a los grandes quemados de la guerra en Líbano: “Nunca habíamos visto tantos pacientes ni tan graves”
El Hospital Geitaoui de Beirut alerta de que no podrá continuar asistiendo a esos heridos en los bombardeos israelíes sin ayuda internacional
Tenían el coche cargado para escapar. Pero, mientras Fátima preparaba el desayuno, sus hijas, Rahaf, de siete años, e Ivana, de 22 meses, salieron a jugar al balcón de su casa en Deir Qanun en Nahr, cerca de Tiro, en el sur de Líbano. Un misil israelí cayó entonces muy cerca y el fuego envolvió a las niñas. Fátima y Mohamed, su marido, se precipitaron a la terraza. El padre agarró a Ivana y saltó con ella a otro balcón del edificio; la mujer alcanzó a Rahaf y corrió hacia la puerta de la casa, pero estaba atascada y no pudo abrirla. Desesperada, Fátima tiró a su hija por una ventana y luego saltó ella. Era un primer piso y sobrevivieron: los padres, ilesos; las niñas, con quemaduras. Rafah, en el rostro y las manos; Ivana, en más del 70% de su cuerpo y de tercer grado.
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