Europa no puede claudicar
Weber y el PPE usan la acritud de la política española como coartada para una estrategia que persigue dinamitar el consenso europeísta
El Partido Popular Europeo (PPE) está exponiendo a la UE a una grave crisis institucional con sus pegas injustificadas al nombramiento de Teresa Ribera para la nueva Comisión Europea. Los populares han bloqueado la evaluación de la española (y, de rebote, la de otros cinco vicepresidentes) a pesar de no haber encontrado ninguna fisura en su idoneidad para el cargo de vicepresidenta para una Transición Limpia, Justa y Competitiva. El filibusterismo del PPE, comandado por su presidente, el alemán Manfred Weber, ha tomado la tragedia de Valencia y la ofensiva del PP contra el Gobierno central para exculpar a la Generalitat valenciana como una espuria coartada para poner en duda las credenciales de Ribera en su salto a Bruselas.
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