Furor por el reciclaje en Rumania
Un nuevo sistema de recogida de residuos ha disparado la cantidad de plástico, vidrio o aluminio que los ciudadanos llevan a los puntos limpios
Una verdadera histeria por el reciclaje se ha creado en Rumania. La entrada en vigor del Sistema de Garantía de Devolución (SGR, sus siglas en rumano), implementado a finales de noviembre del año pasado por las autoridades, ha supuesto un cambio de mentalidad entre los rumanos que han reciclado desde entonces más de 1.300 millones de envases de plástico, vidrio o aluminio. El método consiste en introducir una botella —agua, refrescos, cervezas, vino o bebidas alcohólicas— que debe llevar un logo específico en un aparato especial situado en unos comercios indicados. Para ser devueltos, los embalajes deben estar intactos, no degradados ni deformados, ni rotos, ni prensados para que puedan ser escaneados según su forma y tamaño mediante aparatos de recuento y clasificación. Cuando el dispositivo acepte como bueno el recipiente, la máquina desembolsará 10 céntimos por cada una de ellas.
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