Hallados 200 objetos abandonados por los legionarios romanos en dos campamentos de alta montaña en Asturias
Los arqueólogos localizan las armas utilizadas por los soldados del emperador Augusto contra las tribus astures y cántabras
Entre los años 29 a. C. y 19 a. C., el emperador Augusto emprendió la conquista de los últimos territorios peninsulares que se resistían a Roma: los que ocupaban las tribus astur-cántabras. Para completar el control del norte de Hispania, se construyeron en la Asturia transmontana tres campamentos de montaña situados en la sierra La Carisa, entre las provincias de León y Asturias. Se trataba de tres castra aestiva (acuartelamientos de campaña en verano) ubicados en los montes de Ḷḷagüezos, Coaña y Currieḷḷos. Asociados a ellos, discurría una vía estratégica que unía el valle del Duero con el Cantábrico y que atravesaba montañas de hasta 2.000 metros de altura. Ahora, el estudio Militaria en las guerras cántabras. La Carisa eje de operaciones, de la arqueóloga Esperanza Martín, desvela “el hallazgo de 200 piezas pertenecientes a las tropas [acantonadas en Ḷḷagüezos y Coaña], que incluyen armamento, herramientas, componentes de ropa y elementos de equipos militares”. Entre estos objetos, destaca un pugio (puñal reforzado que podía atravesar una cota), hachas, yunques, espadas, flechas y puntas de lanza.
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