Iñigo Martínez, el capitán sin brazalete que guía a los jóvenes del vestuario azulgrana que un día le hicieron sentir “mayor”
El central vasco se ha erigido en uno de los líderes dentro y fuera del campo en una temporada en la que lo ha disputado prácticamente todo y ya acumula dos goles en Champions
Iñigo Martínez no aparecía inscrito este pasado verano. La temporada en la que llegó, más tímida e irregular, perseguido por lesiones, con rachas de titularidad y otras de suplencias, nada tiene que ver con la presente. Para Hansi Flick siempre fue una prioridad. Y el club aprovechó la lesión de Ronald Araujo para inscribirle. Como un visionario, el técnico alemán conocía lo importante que sería el vasco sobre el césped, en el centro de la zaga junto a un joven Pau Cubarsí, pero también en el vestuario, como uno de los pocos veteranos (tiene 33 años), líder sin brazalete dentro y fuera del césped. Ante el Estrella Roja volvió a ser fundamental: marcó el primer gol del encuentro tras un centro perfecto de Raphinha —fue su segundo gol en Champions y con el Barcelona tras el anotado contra el Young Boys— y se llevó el MVP del encuentro. Esta temporada lo ha jugado prácticamente todo. Tan solo se perdió el partido contra Osasuna, la única derrota azulgrana en Liga, y el resto de encuentros los ha empezado de inicio, disputando prácticamente todos los minutos. En total, 1.326, a escasos 300 de superar su participación de toda la temporada pasada. Un gran momento para el central, también para el equipo, primero en Liga, sexto en la liguilla de la Champions. “Este año puede ser bonito […] El objetivo del Barça es pelear por todos los títulos. El equipo va a por todas”, confesó. “Pero”, advirtió precavido, “no nos vengamos muy arriba por la racha en la que estamos. […] Tampoco hay que asomar la cabeza, que aquí a la mínima te espabilan rápido”.
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