Kamala Harris y Donald Trump: recetas opuestas para una economía en buena forma
Los dos candidatos compiten con sus propuestas fiscales, comerciales y sectoriales, pero no abordan el problema del déficit y la deuda
A poco más de una semana de la fecha oficial de la cita con las urnas, las elecciones presidenciales de Estados Unidos parecen jugarse a cara o cruz. Las probabilidades de victoria están muy igualadas y los inversores hacen cábalas sobre las implicaciones económicas de los diferentes escenarios. El próximo 20 de enero, fecha de la toma de posesión, Kamala Harris o Donald Trump harán historia como la primera mujer que ocupa el Despacho Oval o como el primer presidente que recupera el cargo tras haberlo perdido desde Grover Cleveland en 1892. El futuro de la política económica de Estados Unidos no dependerá solo, sin embargo, de quién sea el inquilino de la Casa Blanca, sino también de la nueva correlación de fuerzas en el Congreso. Harris y Trump, los demócratas y los republicanos, tienen recetas económicas opuestas en casi todo, desde la política fiscal a los aranceles, pasando por la inmigración, la energía, la sanidad, la vivienda, la regulación y hasta el papel de la Reserva Federal.
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