La enfermedad hemorrágica se ceba con los ciervos en Zamora
Decenas de ejemplares mueren por problemas respiratorios y los ecologistas reclaman que se impida su caza
Los cuerpos de los ciervos flotan sobre las aguas del río Tera y los embalses del oeste de Zamora. Los animales, ahogados, rompen la tranquilidad del paisaje en estas áreas de naturaleza salvaje y de abundante ganadería. La enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE), que tuvo efectos notables en España el año pasado por su afección sobre las vacas, ha castigado especialmente este verano a la población de ciervos, que acaban en cauces fluviales porque intentan aliviar la fiebre refrescándose en el agua. Decenas de ellos han muerto y probablemente muchos de los cuerpos no se han encontrado aún por estar bosque adentro. Esta situación ha provocado que los ecologistas de Zamora reclamen la paralización de la caza para no dañar a la población resistente. Sin embargo, la Junta de Castilla y León esgrime que la caza puede contribuir a contener la EHE y los contagios sobre fauna o ganado.
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