La manipulación de los hijos tras un divorcio: un precio emocional que los menores no deberían pagar
Las disputas entre progenitores en procesos de separación a veces lleva a los niños a tener que tomar partido y a asumir una carga que no les corresponde. También afectan profundamente su estabilidad emocional, y pueden llegar a padecer alteración de la autoestima, incapacidad de gestionar conflictos o bajo rendimiento escolar
Cuando los padres se separan, los hijos se ven inmersos en una nueva dinámica familiar donde pequeñas manipulaciones se vuelven parte de su día a día. Desde promesas incumplidas sobre visitas hasta comentarios sutiles (o no) que los ponen en una posición de elegir entre uno u otro progenitor, muchos menores quedan atrapados en una lucha que no les pertenece. Un cambio inesperado de horario, una crítica lanzada al pasar o una decisión unilateral sobre su educación pueden parecer gestos inocentes, pero cargan con un peso emocional que afecta a su bienestar y confianza. ¿Cómo prevenir la manipulación de los progenitores? ¿Cuál es el precio emocional que los niños y adolescentes no deberían pagar?
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