La mayor mudanza de mejillones de río en España: 14.000 moluscos son trasladados entre zancadillas políticas
Dos proyectos públicos en la ciudad de Lugo reubican bivalvos protegidos en tramos del Miño para restaurar un azud y crear una zona de baño con reticencias ecologistas y críticas del PP
Fue, posiblemente, la Operación Salida más sonada que recuerda la ciudad de Lugo en décadas de historia. Miles de mejillones del Miño viajando río abajo durante todo el mes de agosto, identificados con un dorsal pegado a su concha negra con Loctite, para ser vigilados a partir de ese momento durante todo un lustro. Uno a uno, de la mano de un equipo de buzos de la empresa Biosfera que los fueron sacando a la superficie, midiendo, marcando, y llevando a su nueva ubicación. Es, de momento, según los técnicos de esta contrata asturiana y el propio presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS), José Antonio Quiroga, una mudanza de mejillones de río “pionera” en España. La mayor, en la parte que le toca al organismo de cuenca (13.895 bivalvos), y también la más cara, si se tiene en cuenta la inversión asumida desde hace varios años tanto por este como, sobre todo, por el Ayuntamiento de Lugo, que tuvo que asumir el traslado de 172 ejemplares para crear un acceso para bañistas cuando ya se acababa el calor del verano. Fueron dos obras distintas, a cargo de dos administraciones diferentes y en dos puntos distintos, que sin embargo coincidieron en el tiempo.
Los centinelas de la salud del río
Mientras que los pocos mejillones trasladados por el Ayuntamiento se recolocaron río arriba, los movidos por la CHMS lo hicieron río abajo. Tal y como explicó este organismo, buzos con visores subacuáticos y sin sistemas de botella para respirar fueron los encargados de localizar las náyades en las zonas afectadas por las obras en la Aceña de Olga, con un azud de 180 metros de largo, construido de forma oblicua al cauce del Miño y derruido en varias partes. Después de ser recolectados manualmente, los mejillones se mantuvieron en recipientes isotermos cubiertos por agua hasta su traslado, en lotes separados de 500 ejemplares de Potomida littoralis y 250 de Unio delphinus, menos abundante en la zona. Aguas abajo se escogieron “12 tramos idóneos”, según explica el organismo público, para depositar los bivalvos. Estas dos especies vulnerables, indica Alberto de Anta, comisario adjunto de la CHMS y director de las actuales obras en Aceña de Olga, “filtran el agua y van retirando o asimilando ciertos contaminantes que puede haber y que tienen una función muy importante para el ecosistema”. Como filtradores que son, los mejillones, sean marinos o fluviales, son considerados entre los mejores centinelas de la salud del agua.
“La importante presencia de náyades es un indicador clarísimo de la gran calidad ecológica del Miño a su paso por Lugo”, destacó en declaraciones a pie de río, al culminar la aventura mejillonera, José Antonio Quiroga, que recordó su papel en la oxigenación y filtrado y aseguró que las dos especies trasladadas tienen en la cuenca del río gallego una de las mejores poblaciones del sur de Europa. “Estamos muy satisfechos, esta ejecución de recuperación y protección patrimonial en la ciudad de Lugo, muy unida a la protección medioambiental, transcurre según lo programado”, dijo también el presidente de la CHMS. En la misma comparecencia junto al agua, Ángel Fernández González, director técnico de la empresa, explicó que habían hecho falta una docena de biólogos durante 25 días para “trasladar y reimplantar los ejemplares de estas especies catalogadas como vulnerables en el sustrato del río, “algo más de 4.000 Unio delphinus y casi 10.000 Potomida littoralis”.
La Aceña de Olga está incluida, y por lo tanto protegida, por el inventario de Patrimonio de la Xunta, y el curso fluvial LIC (Lugar de Interés Comunitario) Parga-Ladra-Támoga de la Red Natura 2000 está influenciado por la existencia del histórico azud. En el tramo se practica piragüismo, y cuando se rehabilite el molino el plan es convertirlo en centro de interpretación para la Universidad de Santiago.
¿Cuál es tu reacción?