La primera adaptación teatral de ‘Nada’ pone en diálogo a los jóvenes de hoy con los de la posguerra
El Centro Dramático Nacional lleva a las tablas la emblemática novela de Carmen Laforet en una ambiciosa producción que trasciende el relato generacional
Sobre el escenario se erige el salón de una casa y un dormitorio en la parte superior. Todo parece bastante destartalado. El estampado del papel de las paredes está desdibujado, los muebles desordenados. En un rincón se apilan sillas, un baúl, un escritorio y varios enseres desvencijados. Hay también una mesa, un piano, un diván, lámparas que emiten luces mortecinas. Más o menos de esta manera imaginó la escritora Carmen Laforet la casa de Barcelona donde transcurre buena parte de su novela Nada, durante el curso 1939-1940, recién terminada la Guerra Civil. En ese ambiente situó a su protagonista: Andrea, una joven de 18 años que se acabaría convirtiendo en uno de los personajes más emblemáticos de la literatura española de posguerra, espejo de aquella generación que creció marcada por el conflicto y se vio ahogada por el franquismo al alcanzar la edad adulta.
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