La sombra de Ormuz o por qué el precio del petróleo al fin reacciona a la convulsión en Oriente Próximo
La represalia de Irán por los ataques israelíes sobre Líbano aviva el temor a que la crisis política se contagie al mercado del crudo
El petróleo ha dejado de ser inmune al polvorín de Oriente Próximo. Tras varias semanas de anestesia general, con el precio del crudo en mínimos de casi tres años, la irrupción de Irán en el conflicto ha reavivado un temor latente: que el choque regional acabe derivando en una represalia israelí sobre pozos iraníes o incluso en un ataque de Teherán sobre yacimientos o refinerías saudíes, como ya ocurrió en septiembre de 2019. El escenario más extremo —y temido, por las consecuencias que acarrearía— sería el cierre del estrecho de Ormuz, una vía absolutamente crucial por la que discurre la quinta parte del crudo mundial. La clausura de esta ruta entre Irán y Omán, de apenas 34 kilómetros en su punto más ajustado, sería un golpe de primer orden para el equilibrio de precios.
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